Tras concluir su trilogía de secuelas de Halloween, el director David Gordon Green resucita otra saga de horror setentera con The Exorcist: Believer o El exorcista creyentes, una continuación que busca rendir homenaje al clásico de 1974, aunque con resultados mixtos. En términos generales, es una secuela bastante regular, que sin embargo tiene sus aciertos. Innova lo suficiente para destacar en un mar de películas cliches de exorcismo, enfocándose en la eterna pregunta que ha perseguido a la humanidad desde sus inicios: ¿crees en el diablo?
Tras desaparecer misteriosamente por tres días, dos niñas se encuentran súbitamente poseídas por una entidad demoniaca, provocando un caos para las familias y la comunidad. Desesperado, uno de los padres, Victor, busca la ayuda de una persona con experiencias parecidas: Chris Macneil.
Continuando un clásico
No es fácil crear una secuela a una de las mejores películas de la historia, sobre todo cuando es la sexta entrega, pero David Gordon Green hace un trabajo directoral aceptable. Desde el primer plano, es evidente que Green buscaba emular el estilo de William Friedkin, al tener un trabajo de montaje similar, con cortes súbitos y un ritmo lento. Al mismo tiempo, tiene un diseño de sonido casi idéntico, el cual es muy efectivo a la hora de crear suspenso. El icónico tema musical de The Exorcist, compuesto originalmente por Jack Nitzsche, es usado sabiamente en el filme, y cuando ocurre se siente importante.
La primera hora es excelente, con un ritmo lento pero atrapante, en parte gracias a las actuaciones de Leslie Odom Jr. y Ann Dowd como Victor y Ann respectivamente. El gancho inicial, que es la desaparición de la niñas, es algo con lo que cualquiera puede empatizar, por lo que inmediatamente nos ponemos en los zapatos de sus padres.
Lamentablemente, una vez aparece Chris MacNeil (Ellen Burstyn) la película pierde su rumbo, al sucumbir a clichés que bordan en la auto parodia. La participación de la nonagenaria en la cinta es superflua, lo que hace que uno se pregunte que por qué la incluyeron en primer lugar. A pesar de su limitado tiempo en pantalla, Burstyn da una magnifica interpretación, que incluso al final llega a ser emotiva.
Lydia Jewett y Olivia Marcum hacen un gran trabajo interpretando a Angela y Katherine respectivamente, las niñas poseídas. Sus actuaciones, que evocan a la interpretación original de Linda Blair, son uno de los pocos puntos verdaderamente espeluznantes del largometraje.
El exorcista creyentes: Buenas ideas, mala ejecución
A pesar que el film se desploma después de la primera hora, la cinta se redime con un último acto que dejará boquiabierto a más de uno. Es un caos total, pero en el buen sentido. Las escenas de exorcismo ya se han vuelto un cliché en si mismas, por lo que, afortunadamente, Green decide adoptar un enfoque distinto e impredecible.

Es una secuencia fenomenal que te mantiene al borde del asiento, esperando ansioso lo que sigue a continuación. Este final plantea un serio conflicto ético para los personajes, el cual es bastante interesante, y como lo resuelve la película es muy audaz e inesperado.
Similarmente a lo que hizo en sus películas de Halloween, Green explora la idea del mal en los suburbios, y como una comunidad debe unirse para hacerle frente. Sin embargo, esta idea no llega a buen puerto debido a la falta de personajes interesantes. Los protagonistas de la cinta están poco desarrollados, lo que hace imposible crear una conexión con ellos.
Los únicos personajes memorables son Victor y Ann, una ex novicia con un pasado trágico. Si bien son los personajes más «profundos», sus motivaciones son presentadas de manera vaga o explicadas rápidamente mediante diálogos, los cuales, por cierto, dejan mucho que desear.
El mejor truco del diablo
Lo más fascinante de la cinta es como aborda los temas de la religión y la fe, y si es posible hacerle frente al mal cuando no eres creyente. Al igual que el padre Karras en la original, Victor debe encontrar su fe para poder enfrentarse a la oscuridad que acecha a su hija. Es el arco más interesante de la película, al presentarnos con una situación que va más allá de ser cristiano o católico: ¿puedes creer en un poder superior?
Desgraciadamente, y al igual que el resto del filme, esta subtrama se siente apresurada y poco desarrollada. La película plantea ideas interesantes, aunque no se compromete realmente con ninguna. Satiriza la religión al mostrarla como ineficiente, casi bordando en la caricaturización, quitándole seriedad a la obra. Sin embargo, no vilifica a las personas religiosas, así como tampoco lo hace con los ateos. Contrarrestar a Victor con los padres beatos de la otra niña es, de nuevo, una idea con potencial que lamentablemente queda en nada.

Otro pecado que comete la película, así como tantas otras del genero, es mostrar demasiado. A veces menos es más, y The Exorcist: Believer deja poco a la imaginación del espectador, la cual a veces es más aterradora que lo que se ve en pantalla. En cierta forma, traiciona tanto a la original como a si misma, pues al tratar de mostrarnos, por ejemplo, como luce el demonio que posee a las niñas, rompe con el tono y la semi seriedad establecida.
Una secuela desigual
Al igual que su trilogía sobre el asesino Michael Myers, The Exorcist: Believer es un filme ambicioso que busca plantear preguntas interesantes acerca de la fe y la religión, y si es posible enfrentar el mal cuando no eres creyente. Como inicio a una tentativa trilogía, podría ser peor, y en comparación al resto de la franquicia, es una secuela aceptable. Su mayor falencia es la falta de caracterización en los personajes, pues estos se sienten bastante planos.
Tiene ideas audaces e innovadoras para la franquicia, que lamentablemente no alcanzan su potencial, con un guion que no logra hacer relucir al film y personajes aburridos. La cinta trata de abarcar muchas ideas al mismo tiempo, lo que resulta en un cinta competente, pero severamente desenfocado. Green trata de homenajear el trabajo del fallecido William Friedkin, y al comienzo lo logra, pero al final termina sintiéndose como una parodia de la original.
Es una película disruptiva, que no dejará a indiferente a nadie, con sus ideas atrevidas y polarizadoras, al igual que el trabajo previo del director, Halloween Ends. Existe claramente una reverencia por la saga, y es evidente que Green y su equipo intentaron crear algo diferente pero al mismo tiempo familiar. Por esto, The Exorcist: Believer es una cinta recomendable, aunque imperfecta, que nos recuerda porque le tememos al diablo.