Intrigante y atractiva visualmente, una historia sencilla a primera vista, pero con gran trasfondo. “La Maldición” llega a cines chilenos gracias a AndesFilmsChile.
Con una estética un tanto lúgubre y deslavada, teniendo un gran contraste de luces y una selección visualmente agradable de planos, nos muestran una ciudad desolada, una década después de que un gran accidente acabara con la vida de cientos de personas, dejando solo “sus restos”, y recalco esto porque a raíz de esta catástrofe todos los muertos vuelven en forma de remanentes, espectros que repiten la misma acción durante un momento para luego desaparecer, así diariamente.
Con esta premisa uno esperaría un film interesante y potente a nivel narrativo, pero lamentablemente, la película cae en actuaciones un tanto cómicas en momentos que deberían ser dramáticos, con un joven reparto que no logra transmitir de forma real lo que viven sus personajes.
Si bien la temática está muy interesante, se desaprovecha dando demasiadas explicaciones acerca de cómo funcionan estos espectros que ve la gente y acaba ralentizando la historia haciéndola parecer incluso una clase de ciencias.
Unos personajes con poca profundidad hacen que no le tomemos tanto el peso a lo que va pasando a lo largo de la película. Aunque de igual forma se logra en varias ocasiones mantenerse expectante y en suspenso, son momentos de corta duración que le restan al conjunto.
Lo que más destaco es la fotografía, ya que nos transmite esa frialdad y vacío que los personajes viven constantemente viendo a sus familiares y conocidos muertos aparecer día tras día. Al igual que los diferentes ambientes que logran las luces y sombra, creando espacios irreales, oníricos, de una forma incluso poética.
Otro punto fuerte es el diseño del sonido, ya que aporta de forma excepcional a la hora de generar tensión o potenciar las acciones de los personajes.
Desde un principio iba sin expectativas sobre esta película, pero la cinta logra sorprender a un gran público, aunque solo destaque en aspectos mas técnicos, cautiva con el misticismo que hay en torno al origen de todas estas situaciones de normalizar a los fantasmas y no cuestionarse las leyes físicas que aplican a estos remanentes.
Concluyendo, es una película que no logra cumplir como terror, pero si destaca por «innovar» y sorprender con una historia atrayente que además nos muestra de forma fresca esta temática. Recomendada para un público joven ya que les será más fácil empatizar con los protagonistas.