Veinte años después de colaborar en Gladiator (2000), Ridley Scott y Joaquín Phoenix se reúnen en Napoleón, una biopic sobre una de las figuras más infames de la historia. Scott dirige una cinta majestuosa, cuya grandiosa escala solo él podría haber conseguido. Por su parte, Phoenix entrega una de las actuaciones más matizadas del año, interpretando a Bonaparte en todo su esplendor, tanto patético como inteligente. Descubre mas en nuestra reseña de Napoleón Una de las mejores películas del año, y otra victoria para Joaquín Phoenix.
Contada a través de su volátil relación con María Josefina (Vanessa Kirby), Napoleón narra los orígenes del temible emperador, así como su ascenso y su caída. Contada a partir de la muerte de María Antonieta, la cinta dirigida por Scott relata los hitos más importantes en la vida de Bonaparte, desde su conquista de Egipto hasta la batalla de Waterloo.
Otro triunfo para Phoenix
Después de ganar el Oscar por la cinta Joker, Joaquín Phoenix se ha perfilado como uno de los mejores actores de su generación. Napoleón no es la excepción, al presentar una de sus interpretaciones más completas. Phoenix encarna a un Bonaparte patético, pero inteligente. Intimidante, pero también inmaduro.
El actor estadounidense entrega una actuación que si bien es dramática, dada la naturaleza de su personaje, también llega a ser hilarante. Una de las escenas más graciosas de la película, que representa a la perfección el largo alcance actoral de Phoenix, es cuando el emperador amenaza a los ingleses. Napoleón pasa de ser diplomático y respetuoso a exasperado y enfadado en cuestión de segundos. Esta secuencia, además, incluye una línea de dialogo genuinamente graciosa, ya sea intencional o no.
La película nos presenta a un Napoleón medio tontorrón y bruto, que pierde los estribos como un niño. Sin embargo, cuando debe ser despiadado y calculador, Phoenix lo consigue sin mayor esfuerzo. Por otra parte, su relación en pantalla con Vanessa Kirby es otro de los puntos fuertes del largometraje, pues ambos se complementan a la perfección. La relación rocosa entre María Josefina y Napoleón se traslada maravillosamente a la pantalla.
Kirby, por su parte, es excelente como Josefina, con una interpretación emocional y sutil. Sin embargo, también tiene sus momentos humorísticos, sobre todo cuando comparte pantalla con Phoenix. Representan de manera excelente las diferentes dimensiones de una relación desencaminada, con la mejor escena entre ambos siendo cuando pelean durante una cena familiar.
Ridley Scott no se detiene
Sin importar la calidad de sus películas, hay algo en lo que tanto detractores como fanáticos están de acuerdo: que el director británico siempre dirige cintas visualmente majestuosas, y Napoleón no es la excepción. Las escenas que representan los numerosos combates del emperador son increíbles, tanto en escala como en ejecución. Es precisamente en estas emocionantes secuencias donde Scott hace gala de sus habilidades como director, sobre todo en la escena de la batalla de Austerlitz.
Algo a destacar es que tanto en términos visuales como narrativos, la película recuerda a Barry Lyndon de Stanley Kubrick, cinta estrenada en 1975. Ambas obras son sobre personajes imperfectos que logran llegar a la cima, solo para caer en desgracia producto de su propia vanidad. Y al igual que la cinta de Kubrick, Napoleón cuenta con un excelente diseño de producción y vestuario, que representa fielmente a la época.
Respecto a la película en general, hay veces donde se siente inconexa, y cuenta con un par de decisiones, tanto en términos de historia como técnicos, algo cuestionables. Por ejemplo, la cinta tiene unas transiciones entre escenas bastante confusas, que consisten en iluminar completamente la pantalla hasta que todo se vaya a blanco. En términos de tono, puede que no sea para todos, pues fluctúa bastante entre la seriedad y lo absurdo.
Por otro lado, a pesar de durar casi tres horas la cinta introduce varios personajes o detalles de la vida de Bonaparte que después no son debidamente desarrollados. Esto, sin embargo, tiene una explicación. Previo al estreno de la cinta, Scott anunció un corte del director que se estrenará en Apple TV, el cual durará cuatro horas y expandirá respecto a lo visto en cines.
Una epopeya digna de ver
Napoleón es una de las cintas más majestuosas de este año, con excelentes actuaciones y fenomenales secuencias de combate, cuya magnitud y escala no será superada próximamente. A pesar de tener 85 años, Scott se mantiene como una fuerza creativa imparable, con su próxima película, Gladiator 2, programada para estrenarse el próximo año.
A pesar de la excelente dirección, son las actuaciones de Joaquín Phoenix y Vanessa Kirby lo que hacen que la película valga verdaderamente la pena, pues la cinta no funcionaría sin su excelente química en pantalla. Phoenix, cuyo próximo proyecto es Joker 2, nos recuerda que es uno de los mejores actores trabajando actualmente en Hollywood, con su interpretación de Napoleón destinada a volverse icónica.
Como pudieron leer en nuestra reseña de Napoleón claramente No es un filme perfecto, pues tiene un tono inconsistente e intenta condensar mucha historia en solo dos horas y media, pero sí es una cinta solida sobre uno de los conquistadores más importantes de la historia. Pero más allá de eso, es una maravilla visual que solo un visionario como Ridley Scott podría haber dirigido. Napoleón ya se encuentra en cartelera a lo largo de los cines del país, y se recomienda mucho experimentarla en IMAX.
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