Por décadas Walt Disney Studios ha sido una de las compañías cinematográficas más importantes de la historia, y se ha ganado el cariño del público gracias a sus películas que cada vez superan a la anterior. Este avance no solo se da en aspectos técnicos, sino que también por las historias cuyos mensajes conmueven a niños y adultos a través del mundo. En esta ocasión la nueva entrega de Disney no es la excepción.
Raya y el último dragón (dirigida por Don Hall y Carlos López Estrada) narra la travesía de la joven Raya (voz original: Kelly Marie Tran), quien después de presenciar la destrucción de la gema que protegía a su tierra Kumandra de los malvados espíritus Druun, busca a la última dragona, Sisu (voz original: Awkwafina), con la esperanza de que esta pueda unir nuevamente la gema y traer de vuelta a las víctimas de los Druun. Juntas deberán encontrar las piezas faltantes, sobrevivir a su viaje, y aprender sobre la confianza.
El filme ha recibido críticas favorables y una amplia aprobación por parte de la audiencia. Esto se debe al buen trabajo realizado por parte del equipo de producción que se ve reflejado en la cinta.
En este caso particular, Disney ofrece una historia divertida, fresca, y original. Su trama logra funcionar en el tiempo establecido sin que el espectador sea bombardeado de información o se encuentre aburrido por los momentos en que los personajes se sientan a hablar. Además, presenta chistes simples y momentos divertidos que sacan carcajadas más de una vez.
Otro punto a favor son las protagonistas femeninas. Raya y Sisu son seres independientes e inteligentes con las que el público se llega a identificar. No obstante, son distintas en algunos aspectos (además de que una es humana y la otra una dragona), pero esto no les impide sentir un profundo cariño entre ellas. Este es un matiz clave para dejar atrás las películas donde el príncipe/héroe salva a la princesa y funciona más como una continuación de la etapa en donde la/s heroína/s salva/n el día como se ha podido apreciar más últimamente en la pantalla grande.
Su mensaje acerca de la confianza puede ser simple pero muy importante, en especial hoy en día donde la humanidad ha sido testigo de la violencia y la corrupción del ser humano. La pérdida de confianza puede ser el gatillo que lleve a la caída de la sociedad como se ve en la película. De este modo, el largometraje plantea que es vital creer en las personas, aunque a veces eso signifique caer en la ingenuidad. El mensaje no está enfocado solamente para el público infantil, sino también para los adolescentes y adultos que han vivido la decepción de creer en alguien. Es un mensaje para que no pierdan la esperanza en las personas ya que aquí se demuestra que no todo el mundo es malo.
En cuanto a los aspectos técnicos, presenta un diseño de calidad que es muy agradable a la vista, además, la animación logra verse realista dejando atrás lo caricaturesco. Un claro ejemplo de esto se evidencia en las gesticulaciones de los personajes y sus apariencias casi semejantes a una persona real. Esto también se aplica al caso de los dragones y animales, ya que pudieron confeccionar criaturas originales y estéticamente hermosas.
Los paisajes de la historia presentan una gran influencia por la cultura del Sudeste Asiático que se puede ver reflejada en la construcción del mundo de Kumandra. Por este motivo, se nota que se les prestó mucha atención a los detalles de las edificaciones, los fondos en los que se ubican los personajes, colores, vestimenta, etc.
Con esta película Disney demuestra que no se necesita una cinta de animación musical para que sea un éxito. En los últimos años se ha presenciado un alto incremento de producciones de género musical que lograron gustarle al público y ser éxito en taquilla. Sin embargo, a diferencia de sus antecesoras, Raya y el último dragón presenta más carisma que otros filmes del estudio al centrase en la historia y no en canciones que a veces no aportan a la trama.
Raya y el último dragón es una película en la que vale la pena invertir una hora y 47 minutos. Esta ya se encuentra disponible en algunos cines y en la plataforma Disney+ con Premier Access a 12.000 pesos chilenos y todos los suscriptores podrán verla sin costo adicional el 23 de abril de este año.